Mercedes Barros / mercedesbarros@gmail.com
María Marta Quintana / mquintana@unrn.edu.ar
Universidad Nacional de Río Negro – Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas, Instituto de Investigaciones en Diversidad Cultural y Procesos de Cambio. Argentina [1]
RESUMEN
En este artículo nos proponemos abordar algunos aspectos de la retórica políticoafectiva que caracterizó la configuración discursiva de Cambiemos (2015-2019). Para ello retomamos dos escenas específicas: el elogio al policía Luis Chocobar a comienzos de 2018; y la exhibición, a principios de 2019, de una gigantografía de Romeo y Julieta como homenaje al ‘día de los enamorados’. En el primer caso, se trata del agente que dio lugar a la ‘doctrina Chocobar’, promotora del gatillo fácil; mientras que, en el segundo caso, se trata del símbolo del amor romántico – heterosexual – que el gobierno utilizó como parte de su propia celebración del ‘amor’. Como mostraremos en el escrito, ambas escenas resultan significativas para comprender la ambivalencia afectiva manifestada por la narrativa macrista: amor y odio como dos caras de una misma práctica y retórica política, operada a través de una lógica de segregación y exclusión. Por consiguiente, desde el marco de la teoría de los afectos de Sara Ahmed, y a partir del análisis discursivo de estos dos episodios, nuestro objetivo es comprender la economía afectiva que sostuvo y configuró los contornos de dicho discurso político.
Palabras clave: Discurso; Afectos; Cambiemos; Performatividad; Retórica.
INTRODUCCIÓN
En su libro La política cultural de las emociones, Sara Ahmed plantea algunos interrogantes inspiradores para el análisis que aquí nos proponemos realizar. Allí, la autora escribe: “¿Qué significa defender el amor cuando uno se sitúa al lado de algunos otros y en contra de otros otros?” (2014: 191). Y a la inversa, “¿cómo funciona el odio para alinear algunos sujetos con algunos otros y en contra de otros otros?” (Ahmed, 2014: 77-78), considerando que ciertas narrativas vinculadas con la ‘Nación’, mediante un trabajo sobre las emociones, invitan a sus destinatarios/as a adoptar la posición de un ‘tú’ –siempre contrapuesto a una alteridad – y a manifestar indignación en contra de otros ilegítimos, que no sólo amenazan a la Nación (que tú y yo defendemos) sino que la invaden y dañan, apropiándose de lo que es ‘mío’/‘tuyo’/‘nuestro’ (Ahmed, 2014: 20). Como adelantábamos, el marco del giro afectivo, y en particular la relación entre ‘el amor’ y ‘el odio’ que conceptualiza dicha autora, resulta productivo para abordar el discurso de la coalición Cambiemos[2] , atendiendo a ciertos aspectos que suelen ser desmerecidos o marginados por claves de lectura que banalizan ese tipo de proyecto político, en virtud del “culto” de las formas, imágenes y emociones y de un aparente déficit propositivo[3] . Desde nuestra perspectiva, resulta necesario una alternativa de análisis que permita comprender la investidura afectiva de la política y el lazo social que movilizó –con alta efectividad – la retórica de Cambiemos, y que -en nuestra opinión- excedió al marketing político o los artificios del ‘duranbarbismo’[4]. Pues si hay algo que caracterizó las escenas enunciativas de la gestión política de ese proyecto político fue la apelación constante al ‘amor’. En varias ocasiones escuchamos a Mauricio Macri decir: “Nosotros les vamos a demostrar desde el amor y el hacer que hay otra forma de encarar la vida” (La Nación, 6-11-2017); o “[l]o estamos haciendo con coraje, con amor, este es nuestro país, acá viven nuestros hijos” (Diario Río Negro, 8-10-2018). No obstante, ¿quiénes eran las y los destinatarios del amor macrista? ¿Es posible –considerando las políticas represivas de su gobierno – hablar de amor y engendrar y/o movilizar el odio y la violencia? ¿Fueron acaso el amor y el odio dos caras de una misma práctica y retórica partidaria, que lejos de ser contradictoria organizó una lógica política excluyente? En síntesis, ¿cómo se vincularon (y todavía se vinculan) el amor y el odio en tanto economías afectivas en el discurso de esa fuerza política? A la luz de estos interrogantes, buscamos comprender –al menos de manera tentativa – la performatividad de la retórica político-afectiva de la Alianza Cambiemos. Para ello nos detenemos en dos escenas aparentemente desconectadas de la actuación pública de su gobierno: la exhibición de una imagen de Romeo y Julieta en la fachada de la Casa Rosada y el elogio al policía Chocobar en ese mismo recinto gubernamental. Al respecto, entendemos que ambos episodios resultan significativos para el análisis: por un lado, como aspectos distintivos de una regularidad de significaciones mediante las cuales es posible delimitar los contornos del discurso de Cambiemos; por el otro, como reificaciones de un status quo que operó —y aún opera— sobre la base del clasismo, racismo, heterosexismo, otorgando un estatuto diferencial a los cuerpos deseantes y deseables, a las vidas vivibles y a las desechables.
[1] Quisiéramos agradecer a las y los colegas que leyeron y comentaron versiones anteriores de este trabajo: Fabiana Martínez, Mercedes Vargas, Juan Manuel Reynares, Andrés Daín, Virginia Morales, Agustín Ambroggio, Sebastián Barros, Natalia Martínez Prado y Eduardo Mattio.
[2] Cabe aclarar que la coalición Cambiemos trocó su nombre por Juntos por el Cambio unos meses antes de las elecciones primarias de agosto de 2019 (La Nación, 12-06-2019)
[3] Para un interesante planteo sobre la centralidad de la afectividad en la experiencia social y política en el marco de una nueva fase del neoliberalismo, véase Rossi y Mancinelli (2018).
[4] Se ha tornado frecuente explicar el éxito (o fracaso) electoral de Cambiemos a partir de la novedad que implicó su estrategia comunicacional orquestada, principalmente, por su astuto consultor político, Jaime Durán Barba. En la era de la videopolítica, donde pareciera que la imagen todo lo puede, se le atribuyó a este hábil personaje mediático la puesta en escena de un espectáculo, que en la conjugación de nuevas formas y en la exaltación de ciertas emociones, logró lo impensable: que un político mediocre y sin aparato partidario de alcance nacional ganara las elecciones presidenciales y su fuerza política lograra imponerse en los distritos electorales más importantes del país. No obstante, a raíz de este tipo de miradas, el contenido del mensaje y el tipo de vínculo propuesto por Cambiemos fueron poco valorados en los análisis comúnmente disponibles –a pesar de la importancia que revisten a la hora de elucidar el “agarre” afectivo de su retórica política. Sin negar la importancia de las estrategias electoralistas, aquí planteamos que los bienes e ideales comunitarios expresados en las palabras de Cambiemos, como así también los lazos que buscó tender entre seguidores y adversarios, merecen ser abordados en toda su complejidad a los fines de comprender su afamado éxito. Véase como ejemplo de análisis únicamente enfocado en la eficacia del duranbarbismo: https://elpaisdigital.com.ar/contenido/breveintroduccin-al-duranbarbismo/6877
Este artículo fue publicado en Revista Pilquen. Sección Ciencias Sociales. Volumen 23 No. 1(enero-marzo 2020), pp. 80-92. Universidad Nacional del Comahue, Centro Universitario Regional Costa Atlántica. ISSN 1851-3123 • http://revele.uncoma.edu.ar/htdoc/revele/index.php/Sociales/article/view/2612/PD