Por Cristian Vilches Guerra (Psicólogo UCN)
Sin lugar a dudas, uno de los hechos históricos más gravitantes de la segunda mitad del siglo XX ocurrido en Chile, fue el denominado golpe militar del 11 de septiembre de 1973. Un hito que afectaría irreparablemente el destino del país y que se sumaría a la larga lista de golpes militares en el cono sur (Cabrera, Aceituno, Matamala y Fischer, 2017).
En este sentido, el presente ensayo tratará de dar a conocer algunos de los efectos sobre el psiquismo y la subjetividad de la población que fue directamente afectada por la violencia de Estado, luego de largos 17 años de dictadura cívico-militar. A la luz de un caso clínico, se ejemplificará la vigencia de las profundas consecuencias ideológicas, y sociopolíticas insertadas a sangre y fuego, resultando profundos quiebres en la vida íntima al interior de cientos de miles de familias.
Para iniciar, se utilizará el concepto de trauma que refieren los autores Aceituno y Cabrera (2010), quienes utilizan el término definido por Laplanche (2006) entendido como “herida”. Los autores además destacan el aporte de Corominas, quien refiere que “trauma” reviste un estatuto temporal, por tanto que podríamos entender como una “herida que se desplaza”. A su vez Freud complementará en como esto afecta los procesos de elaboración psíquica.
Por otro lado, respecto de la complejidad del trauma en la transferencia:
Las coordenadas que permitirían dimensionar lo traumático, así como sus posibles salidas, tratan sobre aquello que se vuelve a presentar en el lazo transferencial, y refiere a fragmentos no-integrados de lo originario, en su diferencia de los retornos de lo reprimido, que se traducen en actos que el paciente realiza en transferencia. (Aceituno y Cabrera, 2010, p. 18 y 19).
Los autores además han reflexionado ampliamente sobre las vivencias de lo traumático y sus efectos en la figurabilidad y elaboración tanto en analizantes como en analistas. En el mismo sentido, si hay algo que aún no ha tenido inscripción, la idea es volver a situar, restituir el lazo social y la relación al Otro. Al decir de Aceituno “un ejercicio de simbolización primaria en que el Otro debe dar lugar, para que el sujeto lo ejerza”. (2010 en Aceituno y Cabrera, 2014).
Para complementar esta idea, como interroga Viñar (2005) respecto de las dificultades de pensar la distancia entre la experiencia del trauma –avalancha de espanto y horror– y la posibilidad de configurarla como relato narrable a un tercero. Continúa planteando que en un mundo donde el terror es un espectáculo cotidiano, la palabra veraz del testimonio, requiere de largos recorridos que a veces solo el espacio psicoanalítico puede proveer. Así mismo el autor pone en cuestión el posicionamiento del terapeuta al momento de recibir a sujetos marcados por situaciones extremas.
Más allá de los contenidos vivenciales específicos puestos en juego en la clínica de lo traumático… una dimensión común… concierne al lugar del Otro ahí implicado…cuando este “otro” se ausenta en su función de una mínima y necesaria garantía civilizadora… o cuando participa como agente de una violencia que destruye la confianza mínima y necesaria del pacto… (Aceituno y Cabrera, 2010, p.31).
En base a esto último es también necesario interrogar respecto de los orígenes de la violencia. Si bien el caso que más adelante se expondrá, refiere a violaciones a los derechos humanos ocurridas en dictadura, por tanto, estatal, sus efectos se expanden de manera violenta hacia terceros victimas que pueden producto del mismo trauma luego repetir conductas que se asemejan horrorosamente a los victimarios. Por consiguiente, es legítimo preguntar si es la violencia de Estado es origen o uno de sus orígenes, o si los terceros afectados al ejercer violencia contra sus semejantes realizan un nuevo tipo de violencia o solo como parte de una cadena de violencias que transciende generaciones. En este sentido, es necesario considerar lo que plantea Cristian Saavedra:
Es preciso pensar la articulación entre trauma y violencia, por ejemplo, pensando en un caso clínico… un paciente muy perdido, el analista lo ubica… así también a veces los pacientes nos ponen en lugar del Otro (del verdugo o de Otro). (Saavedra, 2018, presentación de clase)
(…) En la terapia, la historización permite hacer una zona de existencia…exige marcar que uno está ahí, validar la historia y que algo permita emerger… lo que esta alterado no es el juicio de realidad, sino el juicio de existencia… la confianza es la herida básica en estos pacientes (…) (Pizarro, 2018, Presentación en clase)
Considerando esto último es posible afirmar que la complejidad del trauma será puesta a prueba constantemente en el lazo transferencial, en distintos momentos para lo cual el terapeuta debe estar atento en identificarlos.
Violeta
El caso a presentar se inscribe en un dispositivo de salud pública en Chile: Programa de Reparación y Atención Integral en Salud (PRAIS), creado en el año 1991 con el objetivo de brindar atención reparatoria en salud integral para personas que fueron víctimas o más bien sobrevivientes de la dictadura en Chile. La paciente es Violeta, una mujer de más de 40 años, quien se presenta para atención psicológica en el programa, siendo atendida por quien escribe a una primera sesión de ingreso. Como es usual, se realiza el encuadre inicial de rutina. A continuación Violeta procede a presentarse articulando una frase de entrada:
Mi madre el año 73 fue detenida por militares… fue torturada y violada en múltiples ocasiones quedando embarazada… producto de esas violaciones nací yo…
Una vez dicho esto, ella deja clavada su mirada en mis ojos, como si estuviera esperando mi reacción, y efectivamente creo que así era. Este relato inicial fue de gran impacto para mí como terapeuta. Al decir del protagonista de Skihizein, me acaba de golpear un meteorito de 150 toneladas… está obligado a dejar una marca.
Luego de este bombazo inicial, comenta que necesita que yo pueda realizar un “Informe de Daño Psicológico”, que pase a dar cuenta los problemas derivados de su biografía, documento que será utilizado como prueba en un proceso judicial en curso contra el Estado en pos de la búsqueda de reparación. Así mismo procede a relatar otro evento. Es decir, comenzamos a explorar su biografía.
Hace varios años atrás, yo me presenté a la Comisión Valech a declarar… di mi testimonio, y en esa ocasión la entrevistadora me dijo que lamentablemente yo no calificaba como víctima porque yo no había vivido directamente la tortura… fue muy doloroso y frustrante para mí, lloré mucho… Luego al otro día me llaman de la Comisión, y me dicen que habían cometido un error, que los disculpara, que me tenía que presentar de nuevo porque habían discutido mi caso y sí calificaba…
Aquí ocurre un hecho de negación por parte del Estado. Explicito, que produce mucho dolor y daño. La enmienda del día siguiente, no hace sino confundir y establecer una relación de desconfianza que será la constante en términos estatales.
Mi mamá descubre que estaba embarazada estando detenida… (Luego cuando la sueltan) ella llega a la casa y los papás la rechazan, generando mucha angustia en ella… se fajó todo el embarazo. Mi mamá dice que nunca hubiera pensado abortar, pero yo creo otra cosa. Mi abuelo, me contó que habló con una señora de entregarme… mi mamá se entera y se fue de la casa. Se vino a Santiago a la casa de la hermana… Ahí conoció a mi papá. Mi papá dijo que no nos podemos hacer cargo de la guagua, sino dejarla en un hogar de monjas… Mi mamá fue hacia a una torre de alta tensión (con la intención de matarse) … llegaron los milicos y la llevaron a la casa… Imagínate que los milicos la rescaten…
Continúa relatando que a medida que fue creciendo fueron emergiendo algunas actitudes violentas de parte de su madre.
En ese momento veía arranques de mi mamá, era chica… yo tenía 4 años. Me metió en una tina con agua, me sacaba y me volvía a meter… Yo sentía que algo pasaba… Yo tengo un tema con el agua (no me puedo bañar en el mar, ni nada) …”.
A la edad de 14 años, sucede un hecho que marcaría la biografía de Violeta.
A mi mamá la escucho hablar… yo bajé al baño, estaba ocupado y me puse a esperar… Ella le decía (por teléfono a alguien) que tenía una hija que es producto de las violaciones de la dictadura (después me enteré que estaba llamando a la Vicaría de la Solidaridad). Eso me gatilló mucha rabia contra ella. Me hacía pebre por dentro. Tuve conductas de riesgo… Tomaba (alcohol) en clases, tomando los fines de semana, me quedaba afuera… pero mi familia aceptó, porque no les importaba. Me cuestionaba cómo trataban las mamás de mis compañeros, me cuestionaba porque mi mamá no era así…
Es posible señalar que en el periodo adolescente y adulto de Violeta las conductas autodestructivas fueron en aumento, llegando a dos intentos suicidas afortunadamente fallidos.
Años más tarde pudo establecer una relación de pareja estable: Andrés, con quien tuvo dos hijos que hoy son ya adolescentes. Al respecto comenta
Es un chico del pueblo de mi mamá… Hay amor entre nosotros, él es bien bueno, contenedor, súper necesario para mí… De repente chocamos con el machismo que tiene arraigado, pero nos une harto el sentimiento de familia…
Cabe señalar que no profundiza mucho en su relación, a diferencia de otros tópicos, mostrándose incluso algo esquiva. Por otro lado, desde que se realizó esta entrevista, han pasado un par de meses. En este tiempo han ido sucediendo diversos cambios en la vida de Violeta. Uno de estos, es que finalmente decidió terminar con su relación de pareja. Refiere que luego de realizar el proceso de entrevistas para el informe, se fue dando cuenta de varias cosas, entre esas que su pareja ejercía violencia contra ella, pero que ella no quería verla. Finalmente decidió ponerle fin y expulsó a su pareja de la casa. Refiere que está mucho mejor con esta decisión, más tranquila y que sus hijos la apoyan, aun así está buscando iniciar un proceso psicoterapéutico. Así mismo refiere
Él (mi pareja) era violento conmigo, me hacía sentir como cuando mi madre me violentaba y yo no podía permitir eso de nuevo, el proceso que hice acá me ha hecho replantearme varias cosas…
Tal como se señaló previamente, durante el proceso de entrevistas Violeta no profundizó en su relación de pareja, lo cual fue significado como un punto no problemático, cuando lo que estaba en juego era la confianza para abordar un tema sensible de agresión en el tiempo presente de la cual estaba siendo víctima. Nuevamente se colocaba a prueba el lazo transferencial.
Reflexión
Del relato recién expuesto, a nivel general es posible señalar que los violentos hechos acontecidos y relatados previamente, impactan drásticamente el psiquismo de la paciente. Todo su ciclo vital ha estado marcado por el distanciamiento afectivo de su madre, además de haber sido víctima de diversos maltratos verbales, físicos y psicológicos por parte de la misma. En el mismo sentido, ella como mecanismo de defensa, realiza ajustes desadaptativos, expresados por ejemplo en el poli consumo de sustancias y la emergencia de situaciones extremas que la llevan a intentar acabar con su vida.
La emergencia de lo traumático en este caso es latente y repercute irreparablemente en la vida de la paciente y comienza a dibujarse desde el primer encuentro con el terapeuta. Por ejemplo, cuando ella llega a la sesión y emite las primeras frases en relación a su origen e historia, queda a la espera de una reacción del psicólogo, como si estuviese colocando a prueba esa transferencia primaria y así elegir si continúa “pisando el terreno” o más bien utilizando el espacio. Y es precisamente en esa decisión en que también algo de su incertidumbre y capacidad de soportar esta historia se traspasa como neurosis hacia el analista. El primer encuentro los coloca a prueba, en donde no hay vencedores ni vencidos.
Al ir avanzando el testimonio, ocurre un acto agresivo de parte de la institución estatal contra la paciente, cuando se niega la calidad de víctima, por tanto, desechando y rechazando así su vivencia y dolor. Al decir de Aceituno y Cabrera cuando el Otro participa como agente de una violencia que destruye la confianza basal.
Considerando el historial de maltrato a la que fue expuesta desde una temprana edad, es preciso distinguir respecto del origen de la violencia, como significante para la paciente. Si bien fue su madre la víctima de vulneraciones graves a sus derechos humanos, es también la paciente que llega a consulta, quien resulta ser una doble víctima, tanto del Estado (reconocida como “índice” es decir víctima directa de violencia política), Violeta también fue receptora de grave daño psicológico por parte de su madre. Una madre víctima, que ve en ella el resultado de su trauma, lo rechazado y a la vez una madre que rechaza y violenta a su hija, quien por mucho tiempo no logra inscribir y simbolizar esta violencia de parte de su figura materna.
Tal como se señala en el caso, luego del periodo de entrevistas para el informe, han pasado varios meses sin contacto con Violeta. Finalmente ella reaparece, refiriendo varias novedades, entre las cuales esta su separación de pareja. Ahí realiza un movimiento nuevo y altamente significativo. Logra historizar su situación actual y emerge el juicio de existencia: la problematización de ser víctima de violencia en la actualidad por parte de su pareja, situación que asemeja a la violencia ejercida durante muchos años por su madre. Ella decide cortar con esta situación. Se podría hipotetizar que el espacio brindado en las entrevistas previas, permitió hacer emerger, simbolizar algo que estaba callado y a la vez negado. El movimiento de cortar con la situación de violencia es un intento a la vez de restituir el lazo. Algo se ha removido que ha permitido esto, pero también algo que reforzar considerando la fragilidad de la paciente. El lazo transferencial ingresa a un nuevo momento. El desafío será cómo continuar.
Bibliografía
Aceituno, R., y Cabrera, P. (2014) Elementos introductorios para una clínica de lo traumático y su elaboración. En P. Cabrera. (Compilador), Clínica de lo traumático y figurabilidad (pp 13 – 35). Santiago.
- Cabrera, P., Aceituno, R., Matamala, F. y Fischer, J. (2017). Violencia de estado y transmisión entre las generaciones. Política y Sociedad, 54 (1), p. 209-228.Chile: El Buen Aire A
- Clapin, J. (Director). (2008). Skhizein. [Cortometraje]. Paris, Francia. Dark Prince
- Pizarro, A. (03 de noviembre 2018) La violencia en la dimensión de la violencia de Estado [Presentación de clase]. Clínica y violencia / traumática, Universidad de Chile,
- Saavedra, C. (26 de octubre 2018) La denegación de la realidad de la violencia. Noción del tercero en la violencia y su dimensión socio-histórica [Presentación de clase]. Clínica y violencia / traumática, Universidad de Chile,
- Viñar, M. (2004) Especificidad de la Tortura como Trauma. El desierto humano cuando las palabras se extinguen. Revista de psicoanálisis.